jueves, 14 de mayo de 2009

Azúcar impalpable

Una Princesa dice que hay un antes y un después a partir de lo que nos abrió los ojos, aquella secuencia fotográfica de imágenes que vimos con las piernas sobre la butaca.
Ahora bien, entendí cual es el punto… él no me quiere, ni nunca ninguno lo va a hacer. Tienen un solo objetivo que, en teoría, es el mismo que el nuestro, solo que le agregamos un poco más de compromiso. No es lo que ellos buscan, nunca, no hay sentimientos, ni resentimientos, se quedan en dónde estén más cómodos o ahí donde la vida les manda a estar.
El que era el mujeriego termina siendo ese por el cual nos compadecemos, el tierno se transforma en el que nos cambia por otra y nos hace suspirar noche tras noche antes de soñar con él, al que no teníamos en cuenta… ese que me aconsejaba, hoy pretende ser el amor de mi vida. Perdón por la cursilería, es que así se dice, me sabe como un container de azúcar impalpable imposible de digerir, pero así es.
La histeria vuelve, no es sólo placer, no es sólo el juego de querer tener mi atención.
Quiero que te juegues, tenés demasiada cautela con lo que decís, no expresás, insinúas sin saber cómo, de todas formas dejás libre albedrío a mi imaginación para que piense lo que yo espero que digas. No aprendo más, tu titubeo constante me desconcierta, ¿qué ves en mí?, ¿QUÉ VI EN VOS?
Por qué analizo algo que no tiene razón de ser, de todas formas… simplemente no me quiere.

2 comentarios:

Nadie Nunca Nada.- dijo...

el hombre histérico siempre es un poquito peor que la mujer histérica. Juntos, cometen errores graves. El matrimonio es uno de ellos.
Saludos.-

Princesa Scarlatta dijo...

Un antes y un después... Así es... Jajajaja! Ya te dije, el problema es creer que con nosotras va a ser diferente... Nunca lo es! No cambian, así que mejor cambialo... ;)

Te quiero!